domingo, 9 de agosto de 2015

Espejo.

Hay cosas que no cambian, ni en el tiempo, ni en la distancia.
La policia antidisturbios sigue siendo igual de estúpida y salvaje.
Los que protestan son vándalos y los que los reprimen, heroes.
Los campesinos y los indígenas siguen siendo considerados, por los medios y por algunos sectores de la sociedad, peligrosos, atrasados y descartables.
En tierra de indios el gringo es rey, y el indio, servidor.
La tele miente.
La mayoría le cree.
El que disiente es peligroso, sino, por lo menos, extraño.
El café del tinto que se sirvió en la reunión que decidió reprimir la protesta, fue sembrado y cultivado por los "vándalos" que detienen la marcha inexorable del progreso.
Y hasta que no veamos en el otro un espejo y no un enemigo, seguiremos condenado a este festín sanguinario y burlesco.

Hay cosas que no cambian, ni en el tiempo, ni en la distancia.

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