El negocio es mantenernos confundidos, desinformados, aislados el uno
del otro, hermanarnos falsamente con ilusiones virtuales para que así, solos,
solitarios y descreidos, cada vez más vacíos, seamos quienes compremos sus
tonterías y las paguemos con el dinero que no tenemos, con el tiempo que nunca
tendremos.
Nunca terminaremos de pagar porque
nunca estaremos satisfechos por completo.
Siempre habrá algo más novedoso, más
cool, más chimba y mejor, que apenas al mes ya será caduco, porque todo es
efímero, todo es obsoleto, porque nada está hecho para durar.
En el mundo en que vivimos, regido por la hermética visión del mercado,
no somos más que "targets" para las marcas.
Seres humanos que sólo son
reconocidos como tal en su dimensión de consumidor.
Saben e ignoran que somos mucho más.
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